CLAVES
ANTI-DISTENSIÓN ABDOMINAL
Qué puede ser más frustrante que comer con gusto y, cinco
minutos después, sentirse a punto de reventar y que la ropa ya no da más.
Tenga en mente que, incluso comidas saludables, pueden
estar contribuyendo a sabotear su intención de cambiar a una alimentación más sana. Hay veces que se vuelve tan habitual que es normal sentirse mal.
Conozca las comidas específicas – por saludables que sean para otros – que
inducen sensibilización y reacciones de rechazo en su organismo, examine y
juzgue por usted mismo.
Lácteos. La leche contiene un azúcar que debe ser fraccionado para ser asimilado y se conoce como lactosa. Algunas personas, con la edad, dejan de tener disponibles esas “tijeras químicas” que permiten romper ese azúcar, lo cual favorece la presencia de algunas bacterias no tan buenas en el intestino y el resultado es inflamación y gases con distensión. ¿Solución? Eliminar el consumo de alimentos lácteos (hay muy buenas fuentes de calcio como el ajonjolí, sardinas, pistachos, garbanzos, etc.
Alimentos ricos en fibra. Seamos claros: necesitamos de la fibra para que el intestino funcione mejor. Pero cuando no hay hábito de consumir fibra y de un día para otro se empiezan a consumir grandes cantidades, el intestino no tiene lo necesario para procesar esta fibra y empieza a fermentarse y producir gases e inflamación. Por ejemplo, al pasar de una alimentación sin vegetales crudos a consumirlos en cantidad, es necesario hacer el cambio de manera gradual para evitar estos inconvenientes. Lo cual no quiere decir que la fibra por sí misma sea mala, es sólo que el intestino no está preparado para asimilarla.
Bebidas gaseosas. Ante todo, quiero aclarar que de ninguna manera estoy validando o recomendando el consumo de bebidas gaseosas, en la idea de indicar posibles fuentes de vientres distendidos, dolorosos y llenos de gas, traigo a colación a estas bebidas, para poner de presente que, además de ser una fuente de calorías vacías y aumento de peso, las bebidas gaseosas son también fuente de molestias por causar distensión, lo cual añade otra causa por la cual no se deben consumir en ningún momento y con ningún pretexto.
Legumbres. Abarca todos aquellos conocidos genérica y popularmente como “granos”. Saludables como son por su contenido de proteínas, no son amigables para todo el mundo por varias razones, una es que la cascarita del grano como tal – no la vaina – es algo difícil de digerir, especialmente si faltan aquellas bacterias del intestino que ya mencionamos antes, su alto contenido proteico también dificulta un poco la digestión lo cual lleva a producir gases y los consabidos efectos de distensión, molestia e inflamación. Una forma de facilitar su consumo (hacen falta), es remojarlos y cambiarles el agua muchas veces, otra es quitarles la cascarita del grano, la otra es germinarlos, lo cual hace que el mismo grano haga su proceso de digestión.
Cebolla y ajo. Aportan muchos beneficios como ayudar al sistema inmune a combatir infecciones, sin embargo contienen cierto tipo de fibra que dificulta la digestión y produce distensión y flatulencia. Adicionalmente el ajo contiene azufre que ayuda a todos estos procesos de producción de gas e inflamación (por eso no le ponga ninguno de ellos a los fríjoles u otros granos).
Gluten. El gluten se encuentra preferible, aunque no exclusivamente, en el trigo, esto es, en pasta, panes incluidos los integrales y en muchas preparaciones industriales pues actúa a manera de pegante para armar alimentos. El caso extremo es la enfermedad celíaca a quienes les produce mucho malestar y hasta diarrea, pero en la mayoría de casos se limita a producir inflamación local del intestino, malestar, distensión y flatulencia. Si tiene sospechas, suspenda durante unas tres semanas el consumo de cualquier alimento con gluten y observe, puede que desaparezcan hasta dolores de cabeza y articulaciones.
Dientes. No puede dejarse de lado un factor primordial de la buena digestión: tener buenos dientes, pues la digestión empieza en la boca. Asegúrese de masticar bien, hasta volver la comida líquido en la boca, lo cual supone tener buenos dientes, así sean artificiales. El alimento que pasa entero, empieza mal la digestión y se puede fermentar en el intestino, causando distensión, inflamación y malestar; empiece por masticar bien
Ayude su digestión, evitando el trigo, la cebolla y ajo y las cáscaras de los granos y consumiendo bebidas naturales caseras fermentadas sin contenido lácteo, como masato (de arroz, de maíz, no importa), agua de panela licuada con cáscara de piña muy bien lavada y fermentada o kéfir no lácteo. Todos ellos aportan probióticos que están dotados de herramientas suficientes para ayudarle a romper esos bagazos, cascaritas o cutículas de granos que se descomponen en su intestino y le generan ese malestar al que puede que ya se haya acostumbrado, pero que le amarga la vida todos los días.
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario